Así escribió, la de mi pequeña bombón.
Mi ángel, mi luz.
No pudo hablar.
No pudo andar.
Pero veía, oía, sentía.
Su sensibilidad, no tenia parangón.
Su rebeldía, tampoco.
Una vida corta, cortisima y a la vez intensa, intensisima.
Su estela aun nos envuelve.
Sus recuerdos nos hacen, llorar, reír, mejorar.
Cariñosa no era, pero se dejaba querer.
Y fue querida.
Quien la miraba, no la olvidaba.
Sus bracitos extendidos, imploraban lo que otros con palabras o gritos reclamaban.
¡Porque se fue tan pronto?
Yo, la quería, la quiero.
Supongo, que los destinos están escritos y no nos queda mas que acatarlos.
Pero en un tiempo, mi corazón estuvo roto.
El tiempo pasa y todo es mas suave.
¡Ángela!
Mi niña, en ese cielo azul, entre nubes de algodón.
Yo, te veo.