miércoles, 19 de noviembre de 2008

La soledad

La falsedad.
¡Que palabra!
¡Que tristeza!
Así es el mundo, confías.
¡En que o en quien?
El alma es variable, tan variable como inconsciente.
Nadie sabe ya, lo que es vivir, lo que es compartir.
La verdad es engañosa.
Un engaño complaciente.
Nos basamos en eso.
Necesitamos la amistad, tanto como el vivir.
Y entonces somos complacientes.
Admitimos todo.
Hasta el engaño.
Tenemos miedo.
Un gran miedo nos embarga.
Es tan poderoso, tan exigente.
Que presencias vividas necesitamos, para no caer en nuestro olvido.
Aun sabiendo, que esas presencias, únicamente hacen que nuestro subconsciente, no caiga en ese ajetreado momento, de un placer tan perdido y olvidado como es, la soledad.

jueves, 6 de noviembre de 2008

El tren

Las estaciones de trenes, no las de aviones, si no las de trenes.
Vidas que van y vienen.
Yo, me crié cerca de una estación de tren.
Una chiquita de pueblo.
Una, donde el "guardaagujas", tenia que poner las barreras, solo una vez al día.
No pasaba mas que un tren.
¡Que emociones despertaba en mi!
Viajes sin destino, imaginaciones al vuelo.
Las vidas van y vienen, no se detienen.
Son vidas.
La pregunta.
¿Vidas con retorno o sin?
Nunca lo sabré.
Van y vienen.
Te sientas y las miras.
Imaginas sus vidas y las relacionas con la tuya.
Gentes, gentes y mas gentes, miras sus caras, sus aptitudes, sus expresiones.
Te montas la película y reflexionas.
No necesitas ir y venir.
Solo ver y oír.
Te quedas calladita y los oyes.
Cada uno de ellos te cuenta algo.
Solo tienes que tener la antena abierta, no necesitas ni libro, ni películas.
Tu eres la protagonista.
Te sientes así.
¿No sera nuestra vida una estancia obligada en cualquier terminal?